Buenas a todos,
Ante todo presentarme, me llamo Óscar Sanz.
Para mi es un gran honor poder tener un hueco para colaborar con los
diletantes. Mi influencia a la hora de dibujar va de los comics costumbristas
de Jeffrey Brown o Jaime Hernández, a las historias más comerciales como Scott
Pilgrim, Monster o Naruto (que tan de moda está defenestrar entre los
seguidores del genero pero que a mi me sigue enganchando).
La historia que voy a contar es la de un
equipo de dardos durante la partida de una noche de miércoles cualquiera. Estos
dos personajes son Alba y Javier. Los nombres son los mismos que los dos
sobrinos que tengo de momento.
Aunque en este número no aparecen mucho, si tengo la suerte
de seguir colaborando, protagonizaran alguna que otra historia.
Como mínimo, para empezar una partida de dardos, ha de haber 3 jugadores, aunque lo ideal son de 5 a 8. Es una excusa perfecta para desarrollar personajes y dotarles de personalidades muy diversas:
Como mínimo, para empezar una partida de dardos, ha de haber 3 jugadores, aunque lo ideal son de 5 a 8. Es una excusa perfecta para desarrollar personajes y dotarles de personalidades muy diversas:
Para ser un deporte que se practica dentro de
los bares, es extraño que en España no sea deporte nacional. La decoración de
este bar es un guiño a la cultura
japonesa, aunque creo que quien sea de Zaragoza y se haya movido por la zona de
San Miguel reconocerá el local.
¿Por qué he elegido esta temática? Para quien
no conozca este mundo, decir que es fascinante. La gente que forma un equipo de
dardos es generalmente personas que sólo se conocen de coincidir en un mismo
bar. No son grupos homogéneos que se juntan por tener la misma ideología,
compartan un mismo estatus social y ni siquiera son de la misma generación. Eso
es lo que los hacen tan interesantes y que merezca la pena indagar en sus
historias.
Si puedo, en siguientes post seguiré
explicando más cosillas.
Besos para ella y abrazos para ellos.
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