Cuando hablamos con Chema allá por el 2013, se estaba cocinando el Diletantes número 2, y nos preguntó qué nos gustaría que hiciera. Pequé de mitomano y le propuse una historia de
Harry Clever. ¡Cómo no! Teníamos ante nosotros al creador del detective más listo de la ciudad, y yo me declaraba abiertamente fan de sus aventuras. Juan, otro fan consagrado, puso el tono de sensatez y junto a Chema propusieron variar personaje y temática, ya que Harry se prodigaba olfateando sus casos habitualmente en las páginas de otros fanzines. Y así fue, comenzó su andadura como diletante, en el número 2 con una historia más que bien resuelta sobre
Goya y sus mujeres. Llegó el número 3 y dirigió sus pasos nuevamente hacia el callejón oscuro, territorio puramente noir, con una historia sobre un boxeador que se enfrenta a su destino, el cual sinceramente, no pinta muy bien. Casualidad o no, se trata de una historia que tenía bastante que ver con la portada que nos realizó Alberto Aragón.
Y por fin, para el número 4, llegó
Harry Clever a
Los Diletantes. Sin forzar, siguiendo la corriente, las aguas llegaron a su cauce. Consagraron un
número eminentemente noir que nos ha llenado a todos de una nostalgia contagiosa por el blanco y negro. Y de nuevo, casualidad o no, su historia hablaba la misma lengua que "Eterna juventud" un modesto cómic ideado por Pablo Marco y servidor para dar salida a esas ideas locas y personajes variopintos que nos acompañan diariamente. Decidimos enmarcar las historias en un especial que bautizamos como
Detectives & Science, para que pudieran convivir como buenas hermanas. En "
El corazón de Chopin" vemos a un Harry Clever romántico, seducido por una diva del canto, en una ciudad maravillosa. Como un Philip Marlowe crepuscular, Harry se vale de su astucia y su sagacidad para resolver un gran problema de corazón. Y no abriré más el baúl de los
espoilers. tendréis que descubrirlo por vosotros mismos.